El Arte es, por definición, la expresión de lo que el ser humano lleva en su interior (alma-mente) unido a la percepción sobre lo que recoge del exterior (mundo). El arte contemporáneo sigue siendo lo mismo, pero con una fatal profusión de subjetividad por parte del artista y un mercado absurdo que valora falsamente cosas sin valor alguno. Resultado: Trozos de cadáveres en tarros de cristal, cubos vacíos, cuadros borrados intencionadamente, alambres retorcidos, excrementos enlatados, el urinario de Duchamp… ¿Se le puede llamar a eso Arte? No. Es la expresión de la degeneración y la estupidez colectiva de un sistema bárbaro.
Es cierto, si, que los artistas siempre han tenido algo de incomprendidos, pero no tanto por parte del espectador como por parte de “los Académicos”. Ellos son quienes fijan el “canon” de lo que debe ser considerado Arte. A Mozart lo criticaban los académicos, pero la gente admiraba su música. La ópera del XIX (Wagner,Verdi), que levantaron tanta polémica en su día y que eran admirados por las multitudes… hay muchos casos. Pero la diferencia es que al final, eso no sucederá con los que llenan ahora las ferias de arte contemporáneo. El espectador se refugia en Velázquez o Rembrandt, en Bach, Mahler, o Beethoven, es decir, en la tradición que intenta destruir este sistema insensible que pretende anestesiar a toda la sociedad.
El problema entonces no lo tiene sólo el espectador adoctrinado (que tiene mucha), y que admite eso como expresión artística, sino el propio “artista”, que hoy es literalmente un náufrago de su propia subjetividad, del absurdo ego de esta sociedad individualista hasta la indecencia. Es la estética grotesca de lo banal, pero lo peor es que, en general, los “artistas contemporáneos” están convencidos de ser la imagen de nuestro tiempo. Y peor aún, quizás lo sean. La fealdad de un mundo sin valores elevados y sometido al egoísmo del mercado queda reflejado en sus “obras” demostrando que clase de sistema nos oprime.
Y por si fuera poco, esta sociedad-espectáculo de medios de comunicación de masas, video juegos y consumo irracional, ha implantado una realidad artística autónoma y aislada del público. No es ya que el artista contemporáneo sea un estafador, sino alguien que busca un camino en extremo individualista con una obsesión enfermiza por la novedad.
Hoy el mercado nos hace vivir bajo la fascinación de que estamos rodeados de una gran cantidad de talentos, porque esa es la manera de llenar las exposiciones. Y eso es radicalmente falso.
La expresión “Bellas Artes” ha dejado de tener sentido.
Y en esos tiempos bailábamos juntos ; y la noche nos quedaba corta ; y tus ojos reflejaban mis sueños
Estamos aquí para desaprender las
enseñanzas de la iglesia, el estado
y nuestro sistema educativo.
Estamos aquí para tomar cerveza.
Estamos aquí para matar la guerra.
Estamos aquí para reírnos del destino
y vivir tan bien nuestra vida que
la muerte tiemble al recibirnos
Charles Bukowski...
06 septiembre 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario